En poco más de tres meses se van a cumplir diez años del penúltimo ascenso del Sporting a Primera División. Una de las imágenes de aquel 15 de junio de 2008 que siempre tendré fijada en la memoria es la de El Molinón coreando aquello de "Ahora, Quini, ahora" con el Brujo levantándose en el palco, llorando. No era para menos: el Sporting salía de una década tormentosa en Segunda División y Quini acababa de ser operado de un cáncer de garganta.
Ayer nos dejó el mejor delantero de España de finales de los setenta y principios de los ochenta. Su corazón dijo basta. El cariño mostrado por el mundo del deporte en redes sociales fue tremendo. Se lo merecía. Me apena no poder estar en El Molinón el próximo 11 de marzo. Será el primer partido del Sporting en casa sin su mayor leyenda. Una leyenda que ya es eterna.
DEP, Brujo.
DEP, Brujo.
