miércoles, 7 de enero de 2015

Requiescat In Pace, Assassin's Creed

Mi primera entrada del 2015 será la primera vez que deje la temática deportiva para hablar de videojuegos, más concretamente de la saga Assassin's Creed. En mi opinión, la mejor franquicia de la séptima generación de consolas.

Como todas las grandes cosas de la vida, llegó de forma accidental. Ya había oído hablar de estos juegos de Ubisoft cuando salieron en 2007, cuando salió su primera entrega. Sin embargo, no me llamó mucho la atención y leer fallos técnicos como lags y tirones no ayudaron mucho a apostar por la aventura de Altair. Finalmente llegamos a las navidades de 2009. Yo tenía decidido comprar el Tekken 6 y otro juego, que aún no tenía decido. Una vez en la tienda, me arriesgué por la secuela de Assassin's Creed tras una review de Playmanía que me convenció bastante. Tras probar el Tekken de forma satisfactoria, el 25 de diciembre estrenar ese desconocido videojuego.

Assassin's Creed II fue, y sigue siendo, una obra maestra. Me enganchó de principio a fin. Por todo: gráficos, ambientación, historia, personajes... Los que han jugado la primera aventura de Ezio saben de lo que hablo. AC II nos llevó al Renacimiento italiano de la mano del protagonista más carismático de la saga: Ezio Auditore de Florencia. Un giro inesperado en los acontecimientos le hizo dejar atrás su plácida vida en la capital de la Toscana para acabar recorriendo Forli, Venecia y brevemente Roma, ayudado por personajes históricos como Lorenzo de Médici o Leonardo Da Vinci, en busca de sus enemigos: los Templarios. Una aventura larga que merece la pena jugar. De hecho, logré el trofeo de platino de PS Network tras muchas horas para ello.

Mientras esperaba la secuela del II, decidí completar la historia con el I. AC estaba en versión Platinum, por lo que valían la pena los 20 euros. El viaje de Altair ayuda a contextualizar toda la historia de la saga, sobre todo el presente protagonizado por Desmond Miles. Pero peca de dos fallos: no tiene trofeos (sí logros en Xbox 360) y su desarrollo es muy repetitivo. De todas formas, explorar Tierra Santa tiene su encanto.

Y llegó el sucesor de Assassin's Creed II: La Hermandad. Nuevamente protagonizado por Ezio, esta vez nos toca viajar y conocer a fondo la Ciudad Eterna, Roma. Los antagonistas, una familia poderosa: los Borgia (César, Lucrecia y Rodrigo). Brotherhood mantuvo una genial historia con unos grandes gráficos y una mejora del sistema de combate, al que se le añadieron rachas de ejecuciones y reclutamiento de Asesinos. Pocos meses después visité Florencia y Roma, un viaje que añadió valor a estos dos juegos. Por todo esto, cuando me preguntan qué Assassin's prefiero, no sé decantarme por ninguno.

Ezio completó su trilogía con AC: Revelations, un juego que si bien mejora los gráficos, añade poder elaborar bombas y mantiene Hermandad y sistema de combate, da la sensación de agotamiento. Además, la historia, más allá de los flashback jugables de Altair, no tiene el mismo 'flow' que las otras entregas: la Constantinopla/Estambul del siglo XVI y sus personajes históricos no atraen tanto en Europa.

Todo hacía indicar que la saga se tomaría un descanso, pero Ubisoft anunció el lanzamiento de Assassin's Creed III. En realidad tenía sentido: la trama principal (la de Desmond) está ambientada, en todos los juegos, en noviembre de 2012. A muy poco para el famoso fin del mundo del 21 de diciembre de aquel año. AC III salió a finales de año, por lo que todo cuadraba. ¿Quieres saber por qué el mundo no se acabó en 2012? En esta entrega tienes la respuesta.

En lo que al juego se refiere, el AC III cambia de ambientación y protagonista. Esta vez, de la mano de Connor Ratonhnhaké:ton (hijo de inglés y nativa americana) vivimos de primera mano la Guerra de Independencia de los Estados Unidos y varios de sus momentos y personajes clave: el Motín del Té, la Batalla de Bunker Hill, Ben Franklin, George Washington, etc. En ese sentido, da rabia no conocer de antemano más sobre historia de USA y saber el nombre varios generales que aparecen en el juego, que los estadounidenses sí saben y por lo tanto disfrutan más del juego. Por lo menos más que la mayoría de los europeos. Los gráficos cambian y logran un gran detalle facial (queda patente en muchas escenas), aunque la jugabilidad en mi opinión da un pasito atrás. Pero la principal novedad es la introducción de las batallas navales. Connor posee su propio barco y participa en momentos decisivos de la guerra con él. Especialmente por su historia, AC III está en el podio de la saga.

Cuando la historia de Desmond llegó a su fin, entonces sí que pensé que Assassin's Creed se iba a tomar un largo descanso. Ni mucho menos. A finales de 2013, Ubisoft sacaba AC IV: Black Flag. Explotando y mejorando el sistema de batallas navales, Black Flag, como su nombre indica, nos lleva a unos cuantos años antes de la Revolución Americana. El Caribe y la Edad de Oro de los piratas, dan lugar a una aventura buena. Sin más. Se resume básicamente en: Edward Kenway (abuelo de Connor) deja Inglaterra en busca de riqueza como pirata. Amigo de piratas legendarios como Barbanegra, intercepta (sin saberlo) a un Asesino, que habla de un lugar misterioso que le pude dar mucho dinero y se lanza a buscarlo con su barco. Los gráficos, una pasada. Sobre todo el agua. Y gracias a este juego descubrir a otros piratas como Calicó Jack o Benjamin Hornigold.

La secuela de Black Flag es a su vez una precuela de AC III. Assassin's Creed: Rogue es muy similar a su hermano mayor. Su ambientación es la Guerra de los Siete Años. Aunque eso es casi secundario. No participamos en el conflicto en sí, pero ayudamos a una facción a consolidarse en Norteamérica. Y no son los Asesinos. En esta ocasión, Shay Cormac deja el credo de "Nada es verdad, todo está permitido" para ser guiado por el Padre del Entendimiento. Gracias a Cormac, los Templarios se asientan con fuerza en las Trece Colonias. Ayuda mucho a entender cosas de AC III. Por ponerle un pero, quizá se pudiera haber profundizado más en quién son realmente los 'malos'.

Respecto al presente, tanto en IV: Black Flag como en Rogue el protagonista eres tú en primera persona como empleado de Abstergo. No aporta mucho, pero infliltrándote en los diversos ordenadores, se conocen muchos datos extra de la saga.

¿Será el Rogue el último Assassin's Creed de la séptima generación? No me atrevo a decir nada, pero tiene pinta que sí. Este repaso a la saga se centra en esta generación, que ya da sus últimos coletazos. AC se convirtió en una cita anual. En 2014 se han visto dos: Rogue para PS3/360 y Unity para PS4/Xbox One. Ese sí que me hubiera gustado jugarlo, porque recupera la esencia de la saga: ciudad histórica con monumentos escalables y un contexto con miga (París-Revolución Francesa). Para 2015 ya se ha filtrado (y confirmado) Assassin's Creed: Victory

A ver para qué consolas sale, pero yo todavía no tengo una PS4 y tampoco tengo prisa por ella. Supongo que acabe dando el salto, pero no será en 2015. Aun tengo PS3 para rato. Dedicaré el año a conseguir todos los trofeos que pueda de todos los juegos de una saga en la que entré de rebote pero que acabó por engancharme año a año desde 2009. Aunque se hace pesado un juego a año que no innova demasiado, si hay AC este año, lo compraré. Gracias por tantas horas de diversión, Assassin's Creed.

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