sábado, 3 de septiembre de 2016

La playa allerana, sin Kiko (mi primera vez en LNE)

El primer artículo de los escritos durante mis prácticas de verano en LNE que voy compartir es el que dediqué al inicio de la temporada de baño en la playa fluvial de Aller. En todos los posts de este tipo seguiré la misma estructura: explicación breve del artículo, el enlace a la web del periódico para que veáis cómo luce y el texto íntegro.

El motivo de compartir este artículo es simple: es el primero escrito por mí en la redacción del periódico. Originalmente iba a ser en la piscina de Paxío (Mieres), pero el mal tiempo provocó un cambio de planes. Gracias a la información de Leoncio Camporro, un colaborador del periódico, elaboré este artículo en lo que fue mi toma de contacto con el programa de edición de La Nueva España. El resultado no estuvo mal, pero yo sabía que se podía hacer mejor.


Con el inicio del verano y las vacaciones llega el momento de empezar a pensar en las actividades a realizar durante la época estival, para muchos la mejor del año. Viajes al extranjero o rutas por la montaña, son muchas las opciones para desconectar de la rutina. Pero cuando llega el calor, lo primero que a uno se le viene a la cabeza es darse un buen chapuzón. Si la opción de irse a la costa para bañarse en el mar queda lejos, una buena alternativa es refrescarse en aguas del río.

La playa fluvial de Llanos es la única que sobrevive en el concejo de Aller tras la desaparición de las playas de Oyanco, Collanzo y Cabañaquinta. El pasado domingo, coincidiendo con un día soleado, El Cherón de Kiko inauguró la temporada veraniega con la apertura del merendero y la finca, que además dispone de servicio de aparcamiento gratuito y sin límite de tiempo. Cuando el tiempo mejore en los próximos días, los visitantes del recinto podrán disfrutar de las comidas al aire libre, ya sean platos hechos en casa o preparando parrilladas in situ. La única condición es la de no introducir bebidas ajenas al merendero para poder utilizar todos los servicios.

Ésta será, además, una temporada de verano muy especial. Y es que ya no estará el hostelero Francisco González, Kiko, fallecido a finales de mayo de este año a causa de una enfermedad. Kiko y su esposa abrieron el establecimiento, conocido como El Cherón de Kiko, junto a la playa fluvial y para disfrute de lugareños y visitantes, hace ahora tres décadas, Seguir dándole un uso a estas instalaciones de disfrute veraniego en Aller es sin duda el mejor homenaje posible que puede recibir Kiko.

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