viernes, 25 de abril de 2014

Adiós, Tito

A lo largo de la historia del deporte siempre ha habido personas que han hecho historia, véase Michael Jordan, Michael Schumacher, Sebastien Loeb o Pep Guardiola en los banquillos. Pero todos ellos tienen algo en común: siempre han tenido a un fiel escudero a su lado: Scottie Pippen, Rubens Barrichello, Daniel Helena y Tito Vilanova.

Estos días se ha hablado mucho de Vilanova por el mismo motivo que los últimos dos años y medio: su enfermedad. Tristemente su lucha ha llegado a su fin con el fallecimiento del catalán a los 45 años. El cáncer pudo con él.

Tito Vilanova estaba llamado a ser (de hecho lo fue) el sucesor de Guardiola en el banquillo azulgrana. No era tarea fácil para Tito por dos motivos: la alargada sombra del de Sampedor y, sobre todo, su grave enfermedad.

Todo comenzó en noviembre de 2011. El Barcelona anunció que el segundo entrenador del club tenía que ser operado de un cáncer en la glándula parótida. Nuevo mazazo para el Barça en ese sentido, porque a comienzos de año a Eric Abidal también le diagnosticaron un tumor, en este caso en el hígado. Poco tiempo después de la intervención, Tito regresó con el equipo. En abril de 2012, Sandro Rosell anunció que sería Vilanova el sustituto de Guardiola al frente del Barcelona. Lo sorprende fue comprobar que se sentía con fuerzas para asumir tal cargo. Se dio por sentado que estaba totalmente recuperado.

Su primera temporada como primer entrenador no pudo comenzar mejor: sólo se dejó dos puntos en la primera vuelta, estableciendo un nuevo récord. Pero volvieron las malas noticias: en diciembre se anunció una recaída de su enfermedad, por lo que se vio obligado a operarse y a apartarse del cargo. Además, se estableció en Nueva York tratándose la enfermedad. Fue nefasto para el Barça: derrotas, mal juego, autogestión fallida... Finalmente regresó en el tramo final de la temporada, pero los títulos volaron. El colchón obtenido durante la primera vuelta le permitió ganar la Liga igualando los 100 puntos del Real Madrid el año anterior. Lo más doloroso fue el 7-0 encajado ante el Bayern de Múnich.

A pesar de que el Barça necesitaba una renovación, se apostó por la continuidad de Tito. Neymar fue el único refuerzo. Tras muchos rumores,  el 19 de julio de 2013 Rosell anunció que Vilanova dejaba de ser entrenado del Barcelona para centrarse al 100% en la recuperación de su cruel enfermedad.

En los últimos meses se le llegó a ver un par de veces en público, ya sea viendo partidos de sus hijos o del propio Barça, que le dedicó el mosaico del Clásico. Esta última semana volvieron los rumores en torno a su enfermedad, otra vez. Pero esta vez no pudo ser: falleció hoy tras volver a ser operado. El mundo del deporte quedó conmocionado. La lluvia de tweets fue impresionante: aficionados, clubes, jugadores, otros deportistas, etc.

Sólo mueren los olvidados, y Tito vivirá para siempre. Para el recuerdo, la imagen de Puyol cediéndole la copa de campeón de Liga a dos luchadores: Abidal y Tito. Descansa En Paz.

miércoles, 16 de abril de 2014

Análisis de la final de la Copa del Rey 2014

Tres años después, Barcelona y Real Madrid se volvían a ver las caras en la final de la Copa del Rey en el mismo escenario: Mestalla. Nuevamente el Madrid salió campeón. Como toda final, fue emocionante, pero menos que la de 2011. 

Di María adelantó a los blancos tras un error de Dani Alves. En la segunda parte Marc Bartra igualó la contienda con un precioso remate de cabeza. El joven central fue protagonista en el segundo y definitivo tanto, obra de Bale: nuevo error de Alves, que dejó su banda libre. Galopada del galés, que aunque parecía que Bartra le ganaba la posición, su potencia le permitió adelantarle y colar el balón debajo de las piernas de Pinto. 19ª Copa del Rey para el conjunto blanco de forma totalmente merecida.

Gerardo Martino apostó por salir con el once habitual contra Madrid y Manchester City: Neymar por la banda derecha, Messi en la izquierda y Cesc Fàbregas como falso 9. Se ve normal que Martino confíe tanto en Cesc (lo lleva haciendo toda la temporada). Sin embargo, tanto Messi como Neymar bajan de prestaciones fuera de sus posiciones. Además, tanto Pedro como Alexis llevaban un 2014 espectacular. El Tata se dio cuenta en el minuto 60, cuando sentó a Cesc para dar entrada al canario.

Uno de los focos de la final era Neymar. El brasileño estuvo bien defendido por Carvajal y Pepe. Ancelotti tomó buena nota del primer Clásico de la temporada, cuando Neymar se comió al lateral. Tras el pitido final, la eterna comparación del año Bale-Neymar salió a flote en Twitter, y no dejaba en buen lugar al extremo blaugrana. Yo no creo que sea justo, porque ha sido de los pocos que ha dado la cara y ha luchado en este mes de abril nefasto para el Barcelona. Ni un reproche para un jugador al que lo extradeportivo le ha pasado factura.

Por su parte Messi otra vez perdido: ni le llegaban, ni iba a por los balones. Cuando tenía el balón, se topaba con el muro blanco. Parece que es cierto eso de que se está reservando para el Mundial.

Pero si hay futbolistas que salen "señalados" (aparte de Cesc) son Alves y Pinto. Ambos estuvieron muy mal. Es cierto que Alves es un lateral que sube mucho al ataque, pero tiene velocidad de sobra para bajar. Su banda fue una autopista para Bale, como quedó patente en el segundo gol del Madrid. Bartra quedó muy solo, como le está pasando a Piqué. Por su parte Pinto poco que decir que no se haya dicho: se tragó el primer gol y quizás pudo hacer más en el segundo. El guardameta llegó a ser considerado MVP del partido de forma sarcástica en Twitter. No tiene nivel para el Barça.

En definitiva, un Madrid bien organizado (y sin Cristiano Ronaldo) le pasó por encima al Barcelona. Di María y Bale se merendaron a la zaga azulgrana. Sólo Jordi Alba (que fue sustituido al descanso por lesión), Bartra e Iniesta a ratos se libraron.

En mi próximo artículo analizaré el futuro del Barça, en el que tiene que haber muchos cambios. Demasiados.

martes, 1 de abril de 2014

Presenciando un poco de historia

Dejo de lado la temática deportiva de mi blog para contaros cómo fue mi experiencia del 24 de marzo de 2014, el día después de la muerte de Adolfo Suárez, primer presidente de la democracia y una de las figuras de la Transición Española.

Tarde soleada en Madrid. Soleada, pero fría. Aun así, eso no impidió que se formaran colas kilométricas para despedir a Adolfo Suárez, el primer presidente elegido democráticamente después de la dictadura de Francisco Franco. La ocasión merecía la pena.

El final de la cola (a las 18:20 de la tarde) se situaba a la salida de la boca de la estación de metro de Sevilla. Ese fue el inicio de una espera de cuatro horas para ver el féretro de Suárez.

Visitantes anteriores afirmaron haber estado en la cola cerca de dos horas y media. A lo largo de toda la espera, fui preguntando a personas de todas las edades sobre los motivos que les animaron a estar toda la tarde en la calle para darle el último adiós a Adolfo Suárez.

Primero hablé con los de mi edad. Su principal motivo fue dar las gracias, porque aunque no vivieron durante la Transición, saben que, por lo que cuentan sus padres, fue un hombre muy importante en la historia de España. “Hubiera venido desde Algeciras si hubiese hecho falta.” afirmó un estudiante de Ciencias Políticas y Derecho andaluz residente en Madrid.

El grueso de la cola lo formaban personas adultas. Muchas de ellas fueron niños o adolescentes en los años finales del Franquismo y durante la Transición Democrática. Algunos tuvieron la suerte de ir acompañados por sus padres. Todos coincidieron en que, aunque tuvo errores posteriores, él y el Rey Juan Carlos fueron los artífices de que hoy gocemos de un sistema democrático. “Ahora podemos votar, opinar, divorciarnos, afiliarnos a partidos políticos… todo eso antes era impensable.” recuerda una señora de 60 años. Otra señora me reveló que su padre (que había perdido un brazo siendo niño) no recibió ninguna subvención hasta la llegada de Suárez.

El sentimiento general era de agradecimiento. Por saber conducir una dictadura a una democracia, por pensar en España antes que en sus intereses o los de su partido, etc. Una de las frases más repetidas fue: “El mejor presidente que hemos tenido. Los políticos actuales podrían aprender algo de él”.

Finalmente, a las 22:18 de la noche, nos encontrábamos en frente de la puerta del Congreso de los Diputados, a punto de presenciar un poco historia. Allí estaba el ataúd de Adolfo Suárez custodiado por cuatro miembros de las distintas secciones de las Fuerzas Armadas y rodeado por su familia. Una escena calificada como impresionante e intimidatoria. A pesar de la espera para estar allí menos de dos minutos, todos salimos con la sensación de que había merecido la pena.