Este año ha vuelto un nombre
clásico de los años 90: Charlotte Hornets. Este nombre despareció en 2002,
pero gracias a Michael Jordan, el zumbido de los avispones regresa
a su ciudad de origen. Y con aspiraciones muy altas.
A finales de los años 80, con la rivalidad Lakers-Celtics llegando a su fin, y a punto de iniciarse la dinastía de los Bulls de Michael Jordan, la NBA se abrió a nuevos mercados. Nacían así cuatro franquicias: Miami Heat, Orlando Magic, Minnesota Timberwolves y Charlotte Hornets. Gracias a estos equipos hemos visto debutar a leyendas y superestrellas del baloncesto como Shaquille O'Neal, Kevin Garnett, Dwyane Wade y Baron Davis. Sin embargo, sólo las franquicias de Florida han pisado unas Finales y únicamente Miami ha logrado ganar un título.
A finales de los años 80, con la rivalidad Lakers-Celtics llegando a su fin, y a punto de iniciarse la dinastía de los Bulls de Michael Jordan, la NBA se abrió a nuevos mercados. Nacían así cuatro franquicias: Miami Heat, Orlando Magic, Minnesota Timberwolves y Charlotte Hornets. Gracias a estos equipos hemos visto debutar a leyendas y superestrellas del baloncesto como Shaquille O'Neal, Kevin Garnett, Dwyane Wade y Baron Davis. Sin embargo, sólo las franquicias de Florida han pisado unas Finales y únicamente Miami ha logrado ganar un título.
Los Hornets nacieron en 1988,
año en el que entraron en la NBA junto a los Heat. El nombre de la nueva franquicia fue
sometido a concurso popular. El término Hornets (avispones) hace referencia a la denominación de la ciudad de Charlotte que hizo
el gobernador colonial británico Charles Cornwallis durante
la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. Según Cornwallis, la
resistencia de la ciudad a la ocupación de la Corona de Inglaterra fue tal que
parecía que era “un nido de avispones”.
El estado de Carolina del Norte es uno de los Estados norteamericanos con más tradición dentro del baloncesto universitario (Wake Forest, Duke y North Carolina). Con los Hornets, daba así el salto al baloncesto profesional. Contaban con el pabellón más grande la NBA en ese momento (25.000) y el respaldo de la afición fue espectacular, con llenos absolutos
durante más de nueve temporadas. Pero los comienzos no fueron fáciles.
Con nombres conocidos como Kurt Rambis o Muggsy Bogues,
los Hornets estuvieron en torno a las 20 victorias en sus tres primeras
campañas. El fenómeno teal (verde azulado, color de la
camiseta del equipo) logró su impulso con la llegada de dos hombres: Larry Johnson y Alonzo Mourning.
Esta pareja interior, junto a Dell Curry (el padre
de Stephen Curry), formaron un trío espectacular que
llevó a los Hornets a Playoffs por primera vez en el año 1993. Avanzaron hasta segunda
ronda, donde los Knicks de Pat Ewing le
eliminaron. La era Mourning-Johnson duró hasta 1995, cuando el
pívot de Georgetown fue traspasado a Miami.
Johnson abandonó el equipo al año siguiente con destino Nueva York.
El vacío dejado por la pareja
interior la cubrieron jóvenes con mucha proyección como Baron Davis o Jamaal Magloire.
Pero muchos se preguntan qué hubiera sido de la franquicia sin los
acontecimientos del Draft de 1996. La camada de ese año es considerada como una
de las mejores de la historia. Los Hornets tenían el pick 13,
y eligieron a un chaval de 17 años recién salido del instituto llamado Kobe Bryant.
El escolta, seguido de cerca por Jerry West (GM de los Lakers) en los días
previos, pidió no jugar en Charlotte. Los angelinos enviaron a su pívot Vlade Divac a
Carolina del Norte a cambio del joven Bryant. La trayectoria y hazañas de Kobe
son más que conocidas.
Los Hornets siguieron siendo un
equipo frecuente en postemporada, pero la asistencia al Charlotte Coliseum comenzó
a bajar. Entonces, el propietario del equipo George Shin amenazó con
trasladar el equipo si no se construía un nuevo pabellón. Una historia
clásica del deporte norteamericano. Como la nueva cancha iba a tardar, los
Hornets se mudaron a Nueva Orleans en el año 2002.
Eso sí, Charlotte no se iba a quedar sin baloncesto.
En 2004, un nuevo grupo inversor
liderado por Robert Johnson adquirió los derechos
de la que iba a ser la trigésima franquicia de la NBA: los Charlotte Bobcats.
El nuevo equipo no tuvo el mismo impacto que sus hermanos, ahora en Luisiana,
sobre todo en términos de afición. La llegada de los Bobcats provocó una
reestructuración en la NBA, con el nacimiento de dos nuevas Divisiones y con el
traslado a la Conferencia Oeste de los New Orleans Hornets. Curiosamente, ambos
ganaron el mismo número de partidos (18). Los Bobcats llegaron dos veces a
Playoffs, 2010 y 2014, sin poder ganar partido alguno. Entre tanto, la peor
temporada de la historia de cualquier equipo: 7-59, es decir un 10’6% de
victorias. Ese fue el resultado de la gestión de Michael Jordan. His Airness parecía
más preocupado en recuperar la denominación Hornets que de mejorar sus Bobcats.
A finales de 2012, los
New Orleans Hornets anunciaron que se cambiaban de nombre a Pelicans,
animal típico de Luisiana. Jordan aprovechó para reclamar el nombre Hornets, y
su deseo se cumplió: a partir de 2014, los Charlotte Bobcats pasarían a
ser Charlotte Hornets. La pregunta que surgió fue ¿Qué pasa con la historia
de ambos equipos: los Pelicans son herederos de los anteriores Hornets, pero
los nuevos también lo son? La respuesta es muy sencilla:
- Los New Orleans Pelicans (2013-presente) heredan la
historia de los New Orleans Hornets (2002-2013), incluyendo el refugio
en Oklahoma City por el huracán Katrina (2005-2007).
- Los Charlotte Hornets (2014-presente), heredan la
historia de los Charlotte Hornets originales (1988-2002) y de los
Charlotte Bobcats (2004-2014).
- Entre 2002 y 2014, NOLA Hornets/Pelicans tenían dos
números retirados, el 7 y el 13, en homenaje a dos jugadores
fallecidos: Pete Maravich (mítico jugador
de New Orleans Jazz, actuales Utah Jazz)
y Bobby Phills (jugador de Charlotte Hornets
fallecido en 2000 en un accidente de tráfico). Con la nueva separación
Pelicans/Hornets, el 7 queda retirado en New Orleans y el 13 en Charlotte.
El regreso oficial de los
Charlotte Hornets se produjo el 29 de octubre de 2014, con una victoria en la
prórroga ante Milwaukee Bucks. Un partidazo,
especialmente de los titulares, que levantó de su asiento a todo el Time
Warner Cable Arena, incluyendo Michael Jordan. Posteriormente, enlazaron
tres derrotas consecutivas en partidos muy ajustados. Los dos últimos
encuentros se saldaron con sendos triunfos, dejando un balance de 3-3.
Un clásico de los 90 que vuelve
por todo lo alto con la intención de consolidarse. Con el Big
Three Walker-Stephenson-Jefferson, ganar el primer partido en
postemporada, y quizá algo más, es el principal objetivo. Tras
un mal inicio, parece que la cosa puede salir bien, pero están al borde del KO.
Tienen una afición entregada (quinta en afluencia de toda la liga) y un equipo
joven. Si las lesiones y problemas extradeportivos se mantienen al margen,
cualquier cosa es posible.
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