martes, 11 de noviembre de 2014

Marussia, Caterham y HRT, los mayores fiascos de la historia de la F1

2009 fue el punto de inflexión de la F1. Ese año entró en vigor un nuevo reglamento que, entre otras cosas, simplificaba los coches de elementos aerodinámicos, los neumáticos pasaron a ser lisos, el alerón trasero se hizo más alto y estrecho, y el delantero pasaba ser mucho más ancho. En palabras de Niki Lauda: “Salvo McLaren, todos los coches parecen segadoras”.

Ese año Brawn GP dominó el campeonato, marcando el inicio de una etapa que dura hasta hoy: la de un equipo que aprovecha mejor que nadie el reglamento y los demás sólo pueden recoger las sobras. Red Bull y Mercedes (heredero de Brawn) son la prueba de ello. Con la crisis económica afectando de lleno al sector del automóvil, dos gigantes abandonaron la competición: BMW y Toyota. Previamente, en diciembre de 2008, Honda también se había retirado de la Fórmula 1. De sus cenizas surgió el equipo Brawn, que simplemente tuvo que ponerle motor Mercedes-Benz al chasis japonés para arrasar en el campeonato.

Por contrato, Bernie Ecclestone debe garantizar la presencia de mínimo veinte monoplazas en pista. Para compensar las fugas de Honda, Toyota y BWM, el mandamás de la F1 y la FIA pusieron en marcha un proceso de selección de nuevos equipos para 2010. Cuatro fueron los equipos afortunados: Manor GP (Reino Unido), USF1 Team (Estados Unidos), 1Malaysia F1 Team (Malasia) y Campos Meta (España). Desde el principio, este cuarteto estaba condenado al desastre.

Para empezar, ningún equipo debutó con su nombre original. Manor fue vendida a Richard Branson, pasando a ser Virgin Racing y 1Malaysia adoptó (sin licencia) el nombre de Lotus Racing con el fin de resucitar al histórico equipo de Colin Chapman. Adrián Campos, expiloto y fundador de Campos Meta, tuvo que vender su equipo a José Ramón Carabante sin verlo debutar. El empresario murciano firmó a sus pilotos sobre la bocina y le cambió el nombre a Hispania Racing F1 Team (HRT). El caso de la escudería norteamericana fue el peor de todos, ya que ni siquiera llegó a rodar un metro. En medio de tanto revuelo, Zoran Stefanović, uno de los eliminados del proceso, intentó ocupar las plazas de Toyota (compró sus potentes instalaciones de Colonia), Hispania y USF1, sin éxito.

Bahréin fue testigo del debut de los tres nuevos equipos. Sólo los malayos pudieron presumir de terminar con sus dos coches. Los HRT tuvieron problemas mecánicos y Virgin tuvo problemas con la caja de cambios de sus dos pilotos. En parte les vino bien, ya que un error de diseño dio como resultado un depósito más pequeño del debido, teniendo en cuenta que se eliminaron los repostajes ese año. Ninguno de los debutantes puntuó en su primer año en la élite. El 12º puesto de Heikki Kovalainen (Lotus) en Japón fue lo más cerca que estuvieron de arañar alguna unidad. Con presupuestos tan bajos, una hecatombe era el único modo de obtener algo decente en carrera. Virgin llevó el low cost a otra dimensión, prescindiendo del túnel de viento y usando simulaciones por ordenador para ahorrar costes. Lotus, HRT, Virgin ocuparon las tres últimas plazas del campeonato por ese orden en 2010.

En 2011 los malayos dieron un paso adelante cambiando de motor (de Cosworth a Renault) y adquiriendo los derechos del histórico nombre Team Lotus. Ese año Lotus Cars (fabricante de coches de calle fundado también por Chapman), entró en F1 como patrocinador del equipo Renault y pintó los coches franceses con los legendarios negro y dorado de Lotus en los años 70. El equipo propiedad de Tony Fernandes usaba los colores verde y amarillo originales del equipo en 1958. En 2012 Lotus Cars compró Renault creando un nuevo equipo. Todavía no se sabe a quién nombrar heredero del histórico Lotus, ya que ambos se autoproclaman así.
El fabricante de coches ruso Marussia adquirió a finales de año gran parte de las acciones de Virgin, que en 2011 compitió con el nombre de Marussia Virgin Racing. Hispania también sufrió una renovación de pilotos y de diseño de monoplaza. El orden no se alteró: Lotus, HRT, Virgin. En Canadá, Vittantonio Liuzzi logró el mejor puesto de la historia del equipo español: 13º.

En 2012, más cambios. Virgin pasó a ser definitivamente Marussia y Lotus, a pesar de que la justicia les dio la razón respecto al nombre Team Lotus, cambió a Caterham F1 Team tras adquirir Fernandes la empresa británica. Ese año el orden estuvo a punto de alterarse por completo. Con HRT sin dinero, en las últimas plazas de cada Gran Premio y al borde de la desaparición en la última parte de la temporada, Marussia y Caterham se disputaron la décima plaza del Mundial de Constructores. En Singapur, Timo Glock adelantó a Kobayashi (Sauber) y acabó 12º. Algo que parecía insignificante, suponía una gran cantidad de dinero a final de temporada. Ese duodécimo puesto daba a Marussia la décima posición del Mundial. Cinco carreras duró la alegría. En medio del caos de la última cita de Brasil, un accidente de Paul Di Resta, aupó a Vitaly Petrov al undécimo puesto en carrera, el mejor puesto de Caterham en toda su historia.

En 2013, ya sin HRT, tanto rusos como malayos renovaron su pareja de pilotos: Max Chilton y Jules Bianchi en Marussia, y Giedo van der Garde y Charles Pic en Caterham. Por primera vez en su historia, Marussia superó a Caterham en la tabla, gracias al decimotercer puesto de Bianchi en Malasia. Este año, con una nueva reglamentación más cara que la anterior, ambos equipos se resintieron. Y en el diseño de los monoplazas apenas se aprecia sponsorización. Aun así, por fin llegaron los primeros puntos. En Mónaco, gracias a los abandonos de los pilotos de delante, Bianchi acabó octavo, pero una sanción de cinco segundos le retrasó al noveno lugar. Debió ser la primera vez que se vio el monoplaza ruso desde la cámara subjetiva. Dos unidades para el casillero de Marussia, que no sólo superaba a Caterham, sino también a Sauber.

Octubre ha sido el mes de las desgracias para ambos equipos. Primero, el terrible accidente de Bianchi en Suzuka, por el cual el francés todavía pelea por su vida. Posteriormente, se anunció que la fábrica de Caterham había sido embargada. Fernandes, que vendió el equipo en julio, acusó a los nuevos dueños de no pagar y estos de que el empresario no transfirió sus acciones. De momento, el equipo está en concurso de acreedores. Esa misma semana, las deudas con proveedores hicieron anunciar a Marussia que tampoco estaría en Estados Unidos.

¿Es la F1 un deporte demasiado caro? Sí, pero eso se sabe desde hace tiempo. Los equipos se hicieron grandes (Williams en su era dorada, Ferrari, McLaren, Lotus…) invirtiendo mucho dinero en innovaciones técnicas. Bien es cierto que se lleva años hablando de establecer un techo en los costes, este nunca llega. En 2016 aterriza Haas F1 Team. Cuenta con buenas infraestructuras y con un personal experto procedente de la NASCAR. ¿Seguirá la línea ascendente de Force India, o correrá el mismo destino que HRT, Marussia y Caterham? El tiempo lo dirá.

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