En todo deporte siempre se buscan sustitutos de las grandes leyendas: el nuevo Maradona, el nuevo Jordan, etc. La Fórmula 1 no iba a ser una excepción. Alemania contó durante catorce años Michael Schumacher, para muchos el mejor piloto de la historia. Cuando El Káiser decidió colgar el casco en 2006, había que encontrar un heredero. Nico Rosberg, Sebastian Vettel y Nico Hulkenberg han sido los mayores talentos teutones de los últimos años. Vettel, cuatro veces campeón mundial, es hasta ahora el único a la altura de Schumi, aunque Rosberg pude ser campeón este año.
Por su parte, Hulkenberg ha tenido una trayectoria siempre en equipos de clase media y siempre con rumores de un futuro salto a Ferrari. En 73 carreras su bagaje es de una pole y una vuelta rápida. Nunca ha subido al podio y por supuestos nunca ha ganado una carrera. Con 27 años, el sueño de vestir de rojo se complica, a no ser que Räikkönen cumpla su palabra y se retire en 2015.
Hulkenberg comenzó su carrera en el karting, destacando sobre todo a nivel nacional. En 2005 dio el salto a los monoplazas ganando la Fórmula BMW. Tres años más tarde ganó la F3 Euroseries con el equipo ART GP. Con ese mismo equipo se proclamó campeón de la GP2 en 2009. Era la hora de dar el salto a la Fórmula 1.
Williams decidió apostar por el alemán en sustitución de Kazuki Nakajima. Su compañero de equipo iba a ser un viejo rockero: Rubens Barrichello. En su debut en Bahréin terminó decimocuarto, a una vuelta del ganador, Fernando Alonso. Tras abandonar en Malasia, los primeros puntos llegaron en Australia, donde acabó décimo. En Hungría logró terminar sexto, su mejor carrera con el equipo inglés. Pero sin duda alguna su actuación más memorable llegó en Brasil. Delante del público de Barrichello, Hulk logró su primera y única pole position, metiéndole 1’1 segundos a Vettel. En la carrera, la estrategia conservadora de Williams le relegó al octavo puesto. 22 puntos fue el balance final de su año como novato.
Pastor Maldonado y el dinero del Gobierno de Venezuela dejaron a Hulkenberg sin asiento en 2011, por lo tuvo que conformarse con el puesto de probador de Force India. Un año después, Sutil fue despedido y Hulk ocupó su asiento. Con el equipo indio se estableció en la parte media de la parrilla, especialmente después del regreso tras el parón veraniego. En Bélgica acarició el podio (4º) y en Singapur, aunque no puntuó, logró su primera vuelta rápida. Nuevamente en Brasil maravilló al mundo. Con Alonso y Vettel jugándose el Mundial, Hulkenberg salió como un tiro y se coló en posiciones de podio. En medio de la lluvia, adelantó a los dos McLaren y se puso líder. Encabezó la carrera durante 29 vueltas, hasta que en la S de Senna chocó con Lewis Hamilton. El piloto inglés tuvo que retirarse y el alemán fue penalizado con un drive through. Adiós a la victoria y a su primer podio.
En 2012 Sauber-Ferrari sorprendió a la F1 con su gran rendimiento: cuatro podios y dos vueltas rápidas. Hulkenberg anunció su fichaje por el equipo suizo considerándolo un salto hacia adelante. Otra vez, el inicio fue muy malo. Incluso le llegaron a preguntar si se arrepentía de haber dejado Force India. Tras el parón, llegaron los buenos resultados en Italia (5º) y Corea del Sur (4º).
Para 2014 se rumoreó que su próximo destino iba a ser Lotus, que en 2013 luchó por las victorias de forma constante. Pero otra vez Maldonado se llevó el gato al agua por temas económicos. Así, terminó por regresar a Force India. “Una gran familia”, en palabras del alemán. Por una vez, el inicio fue bueno. Hasta Hungría, él y Alonso eran los únicos que habían puntuado en todas las carreras. Paradójicamente, a la vuelta de vacaciones, su rendimiento ha bajado, especialmente en calificación.
La opción de dejar la F1 es real. A pesar de haber demostrado con creces su talento, ningún equipo top (Ferrari/McLaren) le ha ofrecido una oportunidad. Su futuro dependerá de lo que hagan los actuales pilotos de Ferrari… en 2016: Fernando Alonso y Kimi Räikkönen.
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